Estoy seguro que en unos cientos de años los antropólogos futuros analizarán por qué en pleno siglo XXI, las industrias editoriales siguieron apostando por métodos caducos de venta y distribución de los siglos XVIII y XIX.
No han aprendido con el estrepitoso fracaso que ha cosechado la industria audiovisual y quieren emularlos para sorpresa de todos.
Libranda es una plataforma de venta de libros electrónicos en España cacareada a bombo y platillo y que agrupaba a más de una decena de editoriales y nueve tiendas, que vende sus escasos títulos con DRM que impide la lectura en la mayoría de los ebooks del mercado.
Una abominación, como aseguran en Alt1040 o toda una odisea, como cuentan en Error500 o la constatación del hecho de que no están interesados en vender libros, tal como sostiene Ricardo Gallir.
Y escribo ya en pretérito perfecto porque, según lo visto y comprobado no están interesados en vender libros, ni en facilitar la transición a la literatura electrónica. Sólo pretenden darle algo de cuartelillo en forma de migajas al futuro, mientras siguen viviendo y perpetuándose en unas prácticas que han fracasado hace tiempo, aunque se empecinan en mantenerlas.
Por experiencia puedo decirte que si a los consumidores habituales de libros pretenden tratarnos de este modo, creo que lo tienen bastante crudo. Intentar adquirir legalmente libros electrónicos en nuestro país es casi milagroso, pero siguen sin entender nada y prefieren ponerle puertas al campo y arrinconar la tecnología para intentar seguir alargando una estructura que hace tiempo se encuentra ya de cuerpo presente.
Te dejo con esta parodia sobre Libranda. Da en el clavo en todo.
Hitler se entera del fiasco de Libranda from jcantero on Vimeo.
La imagen la encontré en Er Desván. Se escribe así, no hay error.
Escrito por fran-j-saavedra 
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